Libro de Artista

Desde los primeros experimentos con la aparición de la fotocopiadora comercial hasta el final de su vida, el libro de artista fue para Marcos Kurtycz un formato muy utilizado.

En 1975, diseña y publica su Libro de Color Natural, obra seminal que marca su posterior producción como artista visual. En esta obra, el artista creó una experiencia visual única en formato libro, mediante la conformación de un lenguaje propio a partir de imágenes apropiadas. La yxtaposición y sobreimpresión de estas imágenes crean un tercer significado-

Los materiales utilizados en este libro serán reutilizados en objetos, collages y envíos a lo largo de toda su vida.

En las acciones o performances, era común que Kurtycz acompañara el evento con una pequeña publicación en forma de libro. Tal es el caso de Hacha sonora, Tres hombres dormidos y Acción, impresión y emoción.

Durante su vida como artista de acción, Kurtycz produjo una serie de libros durante lo que él llamó rituales de impresión. Las acciones consistían, precisamente, en el trabajo de imprimir una serie de libros en forma ritual frente al público. El primero de estos rituales lo llevó a cabo en la Primera Feria Internacional del Libro en el Palacio de Minería de la Ciudad de México. Auspiciada por la UNAM, esta feria dio cabida en su primera edición a un “stand” que albergaba libros de artista, Los Otros Libros, coordinado por Rosalba Garza. Se expusieron algunos ejemplos de libros hechos por Kurtycz y otros artistas más. Sin embargo, la acción Ritual de impresión, se llevó a cabo de forma extraoficial. Siguieron rituales de impresión en Baja California, Estados Unidos y en museos de la Ciudad de México.

En 1984, Kurtycz inicia una ofrenda/manda dedicada al escritor británico George Orwell en relación a su novela, 1984. La acción con duración de un año, llamada Un libro diario, fue un reto personal que consistió en la fabricación de un libro de artista todos los días.

En cuatro ocasiones, los libros forman parte de una acción pública: Acción al mediodía, Cruz, cruz, Art´fact action y Siete días, una tragedia ladrada.

El siguiente texto es una traducción libre y parcial del publicado el 30 de noviembre de 1988 por Steven Rhul en el periódico Amherst Bulletin.

Más de ochenta libros, para la degustación y deleite de los visitantes, están servidos en una larga mesa de manteles largos. Son libros artesanales, graciosos, mágicos, libros exquisitos hechos por el performancero polaco-mexicano, Marcos Kurtycz. Son un banquete por la pureza de su intención, la audacia de su ejecución y por los placeres sensoriales que confieren. Son infinitamente ricos, inventivos y frescos.

Estos libros impredecibles nos provocan esa extraña sensación de haber descubierto una obra de arte primigenia creada en algún Edén de la imaginación.

Son objetos únicos con el poder de un talismán. Contienen pedacitos de tótem, retazos y chucherías. Nos ofrecen un recordatorio de qué tan prodigiosos, mágicos y asombrosos, habrán sido los libros medievales para aquellos que tan delicadamente los manipulaban.

De hecho, los libros de Kurtycz son como aquellos manuscritos medievales iluminados – excepto que han sido creados en una época apocalíptica, atómica y post industrial. Su belleza es demente y sus textos están dañados.

Hay un libro forrado con casimir quemado; sus páginas en acordeón están salpicadas de acuarela y adornadas con dijes de cobre y fotos instantáneas indescifrables de personas totalmente desconocidas.
Otro libro tiene las palabras “Big Brother Book” manuscritas en espejo con tinta plateada sobre la portada beige. La página única de este libro es un cubo de plástico transparente impreso con una gráfica multicolor de los tipos de cambio. Un objeto promocional del Chemical Bank.

Muchos libros ostentan papeles artesanales texturizados, sin palabras impresas. La suntuosidad de las páginas y sus tonos sutiles: óxidos, lavandas y celestes, son el tema en sí.

Algunos libros contienen protuberancias y bajorrelieves que son, simplemente, un tesoro al tacto y a la vista. Hay uno que contiene cromos antiguos de animales africanos. Han sido cortados y combinados para crear fabulosas bestias nunca antes vistas.

Un libro de forros de cuero cremoso huele a manopla de béisbol. Uno de economía ha sido intervenido con un taladro; un almanaque de la sociedad americana de la época de la Segunda Guerra ha sido lúdicamente alterado; otro, de gruesas páginas grises, contiene astillas de madera de balsa entintadas para simular animales imaginarios. Éste último es absurdamente hermoso y elegante.

Hay un libro suculento de imágenes fantasmagóricas de un helecho sobre acetato y fondo de papel negro.

Más libros: un tomo empastado en cuero, cerrado con velcro, al abrirse, revela papel aluminio, cinta cinematográfica, alas de mariposa, una bolsita con semillas, un prendedor del Llanero Solitario, sellos de maíz y violines, reliquias aztecas, imágenes porno, diapositivas, la fotocopia de un caballo trotando (probablemente Muybridge), hilo de diferentes colores, papel exótico, y las palabras” Un Libro Diario.” Página tras página de sorpresas.